Muchas veces no valoramos el oír, el escuchar, no disfrutamos de los sonidos de la naturaleza, de los sonidos del hogar, de los sonidos de nuestros hijos al jugar, de los sonidos en general, es cierto tambien que hoy en día vivimos en un mundo con mucha contaminación sonora, es por ello que confundimos el disfrute de los sonidos y no los valoramos, nos tiene que pasar algo en nuestras vidas para recien tomarlo en cuenta y aprender a escuchar, a diferenciar los sonidos y asi aprender a oir. Fabio es mi segundo hijo, tiene 2 años y 7 meses y a raíz de una enfermedad (meningitis bacteria) sufre de sordera profunda, tu dices ¿por que a mi? ¿Dios por que yo?, pero Dios sabe porque hace las cosas, ya van 10 meses de que le detectaron la sordera, todos en casa estamos aprendiendo a oir con él, tiene que usar aparatos auditivos (audifonos) de por vida, o buscar otras opciones como el implante coclear, para así poder darle una calidad de vida que es lo que mas me interesa en estos momentos, aprendamos a valorar los sonidos y sobre todo los sentimientos de las personas que no pueden oir. Estrella, es la Terapeuta de lenguaje que ve a Fabio y me dice que es un camino largo pero que lo vamos a lograr, para que asi mi niño vuelva a escuchar y sobre todo a hablar a comunicarse y poder transmitir sus sentimientos y emociones, ya sea por el lenguaje de señas, leyendo los labios. Las estadisticas de niños sordos o con problemas de audición es muy alta, por eso debemos aprender a valorar los sonidos y debemos aprender a escuchar!!!!
